La portada, orientada al sur, consta de un arco apuntado decorado con pequeñas flores tetrapétalas, dientes de sierra y estrellas. La chambrana se adorna con rosetas inscritas en anillos. En la fachada Oeste, una puerta secundaria en arco apuntado, con una espadaña situada sobre la fachada (hoy desaparecida) culminaba el conjunto. Según nos relata Vicente Herbosa: "En su conjunto, este pequeño templo se presenta como una joya preciada. La cálida tonalidad de sus piedrasemerge del intenso y perenne verdor de los pastizales, marcando gravísimos contrastes" (El Románico en Cantabria. Editorial Lancia. 2002).
A modo de anécdota, según podemos leer en cantabriarural.com, la construcción de la ermita lleva aparejada una leyenda según la cual: "dos pastores se extrañaron de un toro que escarbaba insistentemente en un lugar. Al acercarse descubrieron enterrado una imagen de San Miguel, supuestamente enterrado por los cristianos que huían de la invasión árabe. A raiz del hecho se decidió levantar un templo decicado al arcángel, pero en un lugar más adecuado al acceso de los creyentes. No obstante, y una vez empezada la construcción, insistentemente los materiales desaparecían y volvían a aparecer en el lugar de la aparición original, lo que definitivamente fue tomado por un signo de que allí era donde debía edificarse la ermita."
Más Información:
- Vicente Herbosa, El románico en Cantabria, Ediciones Lancia, 2002.
- Enciclopedia del Románico. Cantabria. FSMLR. www.romanicodigital.com
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