La entrada de hoy se la vamos a dedicar a la Colegiata de la Santa Cruz de Castañeda. Cada visita a la Colegiata nos produce una constante sensación de asombro por la majestuosidad de su estructura a pesar de los constantes añadidos a su arquitectura a lo largo de los siglos.
Localizada en el pequeño núcleo de población de Socobio, regada por el Pisueña y rodeada por las sierras de Caballar al Sur y Carceña al Norte, la historia de Castañeda está íntimamente ligada a la Colegiata de Santa Cruz. Desgraciadamente la ausencia de fuentes escritas debido a los diversos incendios acaecidos en sus archivos hace complicado recomponer sus orígenes, aunque según el maestro García Guinea: "la Colegiata de Santa Cruz, tuvo que tener, casi con seguridad, una historia que ya en el siglo IX enlazaría con la conocida repoblación del Duque Gumersindo, en el año 816, cuando refuerza el Monasterio de San Vicente de Fístoles (Esles), a pocos kilómetros de Castañeda".
La primera referencia documentada la encontramos en el Cartulario de Santa María del Puerto en 1092. En el Becerro de Behetrías de 1352 figura Castanneda como lugar de la merindad de Castilla la Vieja, perteneciendo durante la Edad Media a la Merindad de Asturias de Santillana, señorío de la Casa de Lara y Abadengo.
La Colegiata, inicialmente de planta de cruz latina con una nave de tres tramos y transepto muy marcado, se amplió con una segunda nave al norte, a finales del siglo XII, en la que se abre otra capilla de dos tramos, la aún hoy conocida como Capilla del Calvario.
Exteriormente
constaba de tres ábsides, de los que actualmente solo se conserva el
principal, con tres ventanas de arquivoltas sobre columnas con
capiteles, separadas por columnas adosadas con abundante decoración
(rombos y ajedrezado), y el septentrional. El ábside principal está
recorrido interiormente por una arquería ciega que se extiende además
por el tramo recto del presbiterio en su parte inferior. El crucero se
cubre con una cúpula sobre trompas con ventanas en el cuerpo.
El
campanario, del tipo de torre de planta cuadrada, consta de tres niveles
de ventanas, geminadas con parteluz de capitel esculpido en el tramo
superior. Sobre el crucero se asienta un cimborrio octogonal sobre base
cuadrada.
La portada se abre en el muro occidental, con ocho arquivoltas de medio punto sobre cuatro pares de columnas con capiteles historiados. Tanto estos capiteles, como los de las ventanas y las columnas del interior de la nave y el arco triunfal, presentan bellas decoraciones de animales enfrentados y diversos temas iconográficos. En la nave construida durante la ampliación de la Iglesia encontramos temas iconográficos interesantes, caso de arpías, atlantes o el de un centauro que ataca a una fiera alada. Asimismo alli se depositan algunas tapas de sarcófagos, y en la pared del fonde del arcosolio podemos ver una pintura de la resurrección de Cristo.
Los canecillos de la nave, el ábside y la torre presentan asimismo, numerosa decoración con animales y figuras humanas.
Más Información:
- Luis María de Lojencio y Abundio Rodríguez, Castilla /1, Burgos, Logroño, Palencia y Santander, vol. 1 de España Románica, Ediciones Encuentro, 1978, pags. 77-99
- Jaime Cobreros, El Románico en España, Guías Periplo, 1993, pags. 629-631
- Miguel Ángel García Guinea, Románico en Cantabria, Ediciones de Librería Estudio, 1996, pags. 365-382
- Vicente Herbosa, El románico en Cantabria, Ediciones Lancia, 2002, pag. 16-18
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