San Lorenzo de Pujayo

 

Situado en la cuenca alta del Besaya encontramos el pequeño pueblo de Molledo, atravesado por la antigua calzada romana que unía Segisamo con Portus Blendium. En lo concerniente al románico destaca la Ermita de San Lorenzo de Pujayo, nomenclatura heredada de su ubicación original, que fue trasladada piedra a piedra hasta Molledo y que hoy descansa en una finca privada. Antes de su traslado se hallaba en un estado ruinoso; hoy ha sido reconstruida y presenta una perfecta conservación. Se puede visitar a pesar de estar en una finca particular.

Tal y como podemos leer en la magnífica web romanicoenruta: "A principios del siglo XX sus propietarios se disponen a derruirla pues su estado de conservación es ruinoso, pero César Silió, ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes durante el reinado de Alfonso XIII, la compra con la intervención del cura de Pujayo y la traslada a su finca "El Portalón" en Molledo. El traslado se hace con sumo cuidado, enumerando las piedras y protegiéndolas con capas de hierba, tal y como explica él mismo en una publicación inédita de 1944, año de su fallecimiento".


Presenta una corta nave rectangular con ábside semicircular construido en mampostería. La portada se ubica en el muro occidental con dos arquivoltas sobre columnas con capiteles. En el muro sur se ubica una ventana, posiblemente trasladada del ábside con columnas con capiteles figurados. Los capiteles de las columnas de la portada y el arco triunfal presentan animales enfrentados y representaciones humanas. En la cornisa sobre la portada encontramos algunos canecillos figurados.

Es interesante la inscripción que aparece junto a la portada, aunque al parecer en origen estaba en el muro meridional y que se refiere a la consagración de la Iglesia. En ella podemos leer: "EPS DO MINS SEMEN S: CON SECRAVIT HANC ECC AM : S C I LAVRENTI SUB ERA T CLXX: XI: K L D S IVLII.  ("El obispo Simeno consagró esta iglesia a San Lorenzo en la era de 1170 (año 1132) en las calendas de julio"). 

En definitiva se trata de una Iglesia que de no haber sido por la intervención de César Silió, hoy habría desaparecido, y que a pesar de haber sido reconstruida y no guardar su orientación original, aún evoca su aspecto y nos traslada a épocas románicas con su coqueto y evocador encanto.

Más Información

  • Miguel Ángel García Guinea, Románico en Cantabria, Ediciones de Librería Estudio, 1996. Pag. 210-214
  • Vicente Herbosa, El románico en Cantabria, Ediciones Lancia, 2002. Pag.30

Fotografías y Textos ©Óscar M. Ruiz

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