Santa María la Real de Las Henestrosas

 


Una de las Iglesias más sorprendentes y más bellas de Valdeolea es sin duda Santa María la Real de Las Henestrosas de las Quintanillas. A diferencia de otros templos de la zona, de aspecto más rural y popular, ésta Iglesia de Santa María muestra, en palabras del maestro García Guinea: “ … la actividad de canteros bien instruidos en el oficio y en contacto directo con las corrientes escultóricas de Castilla a finales del siglo XII “.

Aunque no abundan las fuentes escritas, ya en la primera mitad del XIII tenemos constancia de la influencia del Monasterio de Cervatos en la zona de las Quintanillas, por documentos  contenidos en el cartulario de la Catedral de Burgos. Ya en 1352 hay constancia del poblado en el Becerro de Behetrías, donde aparece reflejado como  Fenestrosas en la Merindad de Aguilar de Campoo.

Lo primero que llama la atención de este templo es su lejanía del actual núcleo urbano. Bien es cierto que se ubica sobre los restos de una necrópolis anterior, aunque quizás exista la posibilidad de que el poblado original pudiese haberse ubicado en los siglos románicos en una zona más próxima al actual.

Según nos acercamos a la Iglesia, llama poderosamente la atención su esbeltísima torre, consecuencia de la reforma de la espadaña original, modificada, al igual que otros elementos tales como la nave, que se ensanchó, y los añadidos del pórtico, eliminado tras la última reforma del templo, y la sacristía.

El muro sur, hoy visible tras la eliminación, como comentábamos antes del pórtico, alberga una monumental portada que debió, al ampliarse la nave en el siglo XVI, adelantarse. Consta de un cuerpo saliente, con cuatro arquivoltas, una de las cuales se decora con dientes de lobo,  sobre otras tantas parejas de columnas con capiteles vegetales. 

El Presbiterio es recto y el ábside semicircular. Éste queda estructurado en tres calles por columnas geminadas. No podemos dejar de destacar la belleza de la ventana central del ábside con una maravillosa arquivolta polilobulada sobre una pareja de columnillas con capiteles decorados de buena talla. La factura de los mismos lo ponen en relación con los maestros de Piasca y Rebolledo de la Torre.

De relevancia, al igual que los capiteles, son los canecillos que adornan la cornisa de Santa María.Tanto los del presbiterio como los del  ábside y el muro sur son de temática variada, algunos figurados y de escenas profanas. 

Interiormente cabe destacar, ya que la mayor parte de la original fábrica románica ha desaparecido, su arco triunfal., que presenta dos maravillosos capiteles de excelente factura: el izquierdo con la típica escena de Sansón desquijarando al león, y el derecho adornado con cuatro grifos, los centrales enfrentados y el resto mirando hacia atrás. Ambos capiteles ponen en relación a este templo con los maestros que trabajaron el de Santa Eufemia de Cozuelos, ya que el parecido de la factura, sobre todo en el de la escena de Sansón, los hace casi idénticos.

De posible cronología románica, aunque no podemos asegurarlo, es la imponente pila bautismal monolítica que descansa en el baptisterio a los pies de la Iglesia. Asimismo cabe destacar la posterior intervención del ábside con sus magníficas pinturas murales del siglo XV que algunos autores adjudican al maestro de San Felices.

En definitiva podemos argumentar sin temor a equivocarnos que se trata de uno de los templos de Valdeolea de mayor interés, sobre todo en lo relacionado con su magnífico catálogo escultórico que lo pone en relación con templos de la importancia de Piasca o Cozuelos. Visita obligada en Valdeolea.

Más Información:

  • Miguel Ángel García Guinea, Románico en Cantabria, Ediciones de Librería Estudio, 1996.
  • Vicente Herbosa, El románico en Cantabria, Ediciones Lancia, 2002.
  • VVAA, Enciclopedia del Románico, Cantabria. Fundación Santa María la Real.

Fotografías y Textos ©Óscar M. Ruiz

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